En los últimos años, como consecuencia del despliegue de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se ha producido una reducción de las barreras arancelarias en el sector agroalimentario. Esta situación ha expuesto a la competencia internacional este sector históricamente acostumbrado a una competencia internacional limitada.
Esta presión competitiva se centró inicialmente en el sector primario y en los productos no elaborados, pero en los últimos años se está extendiendo al resto del sector agroalimentario, que ahora no sólo se enfrenta a un encarecimiento relativo de las materias primas y a la competencia de las multinacionales agroalimentarias, sino que además debe hacer frente a la nueva competencia de productos procedentes de otros países con los que se han firmado TLCs.
Ante esta situación, las empresas agroalimentarias nacionales deben recurrir a la diferenciación, con objeto de mantener las sólidas posiciones de mercado que disfrutan, al tiempo que aprovechando este nuevo proceso globalizador, puedan completar su proceso de internacionalización, iniciado tímidamente hace poco como respuesta a la entrada de compañías multinacionales que tuvo lugar a partir de los últimos años del siglo pasado.
Una forma para hacer frente a estos retos pasa por la innovación, con el desarrollo y la comercialización de nuevos productos que incorporaran características adicionales a las incluidas en el producto base, que finalmente se convertirían en intangibles, y que asociados a la marca del fabricante del producto, darían lugar a la generación de grandes ventajas competitivas.
En este marco, una alternativa fundamental para el refuerzo del sector agroalimentario pasa por el desarrollo de nuevos productos basados en tecnologías que inciden en el vector salud, o, lo que es lo mismo, en el desarrollo de los denominados Alimentos Funcionales. Ello es así porque:
- El desarrollo de nuevos alimentos funcionales a través de la biotecnología abre grandes posibilidades al desarrollo de nuevos productos con una clara diferenciación en el ámbito del producto.
- Las nuevas técnicas de genómica funcional, bioquímica y biotecnología permiten aportar argumentos científicos que contribuyan al desarrollo de nuevos alimentos funcionales que disfruten de protección industrial mediante patentes o el registro de variedades vegetales.
- Los alimentos funcionales se encuentran entre las principales referencias por lo que respecta al crecimiento en prácticamente todas las categorías de producto.
- Las compañías especializadas en la mayor parte del segmento de alimentos funcionales todavía no son punteras, de modo que esta situación abre la puerta al desarrollo de nuevos «campeones» a escala regional.